Protegida por cordilleras hacia el Pacífico, esta región es hogar del mejor café Arábica. Con una producción anual de 700,000 fanegas, destacan las variedades Caturra y Catuaí. El clima, con estación lluviosa y seca definidas, y altitudes entre 1,200 y 1,900 metros, favorece su cultivo. Su taza ofrece alta acidez, aroma intenso y un toque achocolatado, buscado en los mercados globales.